El Gobierno español quiere impulsar el bombeo hidroeléctrico reversible y hacerlo de forma coordinada con Portugal incluso por medio de una nueva regulación, según se desprende de las palabras de la ministra para la Transición Ecológica y vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, en una reciente comparecencia parlamentaria.
De hecho, la nueva regulación del bombeo que se negocia con el país luso, ya estuvo sobre la mesa en la última cumbre bilateral entre ambos países celebrada hace escasas fechas en la localidad de Viana do Castelo, y se trata de la continuación de un compromiso de los acuerdos alcanzados por el presidente español, Pedro Sánchez, el portugués, Antonio Costa, y el francés, Emmanuel Macron, el pasado mes de octubre, en un encuentro a tres bandas.
Tecnología clave para el futuro
Esta iniciativa legislativa con Portugal se debe a que el Ejecutivo español tiene cada vez más claro que el bombeo hidroeléctrico reversible será una tecnología clave para el almacenamiento energético de un futuro cien por cien renovable, que ya está llamando a las puertas, por lo que ha considerado prioritario trabajar con el Gobierno de Lisboa para la regulación del almacenamiento de electricidad en la Península Ibérica, y así poder contar con una reserva energética cuanto antes y ser más fuertes y más autónomos los dos países.
El almacenamiento será sin duda fundamental en una generación renovable ya que puede cubrir la intermitencia de la eólica y la fotovoltaica cuando no haya ni sol ni viento.
Y la geografía de España es, además, una de las mejores de Europa para desarrollar el bombeo, y permite encontrar numerosos emplazamientos con las cotas necesarias para la ubicación de estas infraestructuras de almacenamiento energético.
Ser la batería de Europa
De hecho, existen numerosos estudios nacionales e internacionales que creen que España puede convertirse en no demasiado tiempo en la batería de Europa, si sabe apostar de forma decidida por el bombeo reversible como una de las infraestructuras mejores para el almacenamiento energético.
La Asociación Europea para el almacenamiento de energía (EASE) publicó el pasado mes de junio de 2022 un informe donde evaluó la importancia del almacenamiento para garantizar la seguridad del suministro energético europeo, y repasó las tecnologías disponibles para cumplir con los objetivos definidos por la Comisión Europea para 2030 y 2050, entre ellas el almacenamiento mediante bombeo hidroeléctrico.
Maximiza las renovables
Y entre las conclusiones de EASE está que el almacenamiento de energía es clave para maximizar la utilización de las energías renovables, reducir la dependencia de las importaciones externas de gas y aliviar los actuales precios del mercado eléctrico. Sin embargo, las instalaciones de almacenamiento de energía no se están desarrollando al mismo ritmo que la nueva generación solar y eólica, lo que pone en riesgo la estrategia de reducir la dependencia de la producción eléctrica con gas.
La ministra Ribera, en su intervención parlamentaria, explicó que se trata de analizar en qué condiciones se despliega el bombeo en España, qué se retribuye y cuál es la mejor disponibilidad. Todo ello sin generar afección ambiental, ni mayor preocupación desde el punto de vista de la estructura de costes y beneficios de quienes gestionan esos bombeos.
Regulación propia e independiente
El bombeo, para Ribera, tiene todo el sentido en el sistema, pero debe contar con una regulación propia e independiente y con un mecanismo de pago distinto, lo que justificó por el hecho de que se nutre de un bien de dominio público como es el agua.
Sin embargo, los bombeos hidroeléctricos con balsas independientes de los cauces de los ríos son una infraestructura muy eficiente y resiliente en el uso del agua, que genera nuevas sinergias con el medio natural y los riesgos naturales y su funcionamiento no está afectado por temporadas de sequía ni por caudales ecológicos.
Además, la hibridación del bombeo reversible con las otras renovables, que ha contribuido a dar viabilidad económica a esta infraestructura hidroeléctrica, abre un futuro muy esperanzador, una vez que estas instalaciones son capaces de optimizar el consumo de recursos y de energía empleados en su construcción.
Actualmente, España tiene 3.337 MW de potencia instalada de bombeo puro. Según la planificación del Gobierno para 2030 se pretendería alcanzar los 6.837 MW, es decir, 3.500 MW más en ocho años .