La Asociación Europea para el Almacenamiento de Energía (EASE) ha publicado en junio de 2022 un informe donde evalúa la importancia del almacenamiento para garantizar la seguridad del suministro energético europeo. El estudio repasa las tecnologías disponibles para cumplir con los objetivos definidos por la Comisión Europea entre 2030 y 2050, entre ellas el almacenamiento mediante bombeo hidroeléctrico, baterías eléctricas, sales en plantas termosolares, hidrógeno y otras.
El almacenamiento de energía, objetivo prioritario
El almacenamiento de energía es clave para maximizar la utilización de las energías renovables, reducir la dependencia de las importaciones externas de gas y aliviar los actuales precios del mercado eléctrico. Sin embargo, las instalaciones de almacenamiento de energía no se están desarrollando al mismo ritmo que la nueva generación solar y eólica, lo que pone en riesgo la estrategia de reducir la dependencia de la producción eléctrica con gas. Si continuamos a ese ritmo, Europa no podrá integrar las energías renovables de rápido crecimiento y no alcanzará sus objetivos climáticos previstos para 2030 y 2050.
El almacenamiento de energía debe convertirse en una prioridad política; sin esta estrategia la UE no podrá lograr un sistema de energía de cero emisiones, arriesgándose a una exposición permanente a los mercados de energías fósiles.
El informe de EASE estima que serán necesarios en Europa 200 GW de capacidad de almacenamiento en 2030 y 600 GW en 2050. Esto requeriría un despliegue de instalaciones a razón de 14 GW/año en los próximos años, pero en el último año apenas se ha instalado 1 GW.
Situación en España
España cuenta con una Estrategia de Almacenamiento Energético desde 2021 pero no ha aprobado todavía el marco regulatorio apropiado para impulsar estos proyectos. Su desarrollo respaldaría el despliegue renovable, aportando flexibilidad al sistema y estabilidad a la red eléctrica. Sin embargo, parece que esta legislación no estará disponible antes de 2024, por lo que está en riesgo el objetivo del Gobierno de disponer de una capacidad de almacenamiento de 20 GW en 2030.
Según las directivas europeas, España tiene que enviar una revisión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) a la Comisión Europea en 2023. De acuerdo con la coyuntura actual, la revisión del PNIEC debería reducir el consumo de gas y aumentar los objetivos de almacenamiento para 2030 y 2050.