China continúa su avance en la integración de energía renovable en su red eléctrica mediante la construcción y expansión de centrales hidroeléctricas reversibles. El gigante asiático, que ya posee el 30 % del mercado mundial de almacenamiento hidroeléctrico reversible, está aumentando su capacidad para dar cabida a la creciente energía eólica y solar.
Hasta mayo de 2023, China tenía una capacidad operativa de almacenamiento por bombeo de 50 gigavatios (GW), superando a todos los demás países en términos de capacidad instalada. Estas cifras están destinadas a crecer aún más, ya que actualmente hay 89 GW en construcción y los promotores buscan autorizaciones gubernamentales y financiación para otros 276 GW de proyectos de almacenamiento por bombeo, según datos de Global Energy Monitor.
El almacenamiento por bombeo es una tecnología que funciona como una gran batería hidroeléctrica: cuando la demanda de electricidad es inferior a la producción renovable, o dicho de otro modo, la oferta de energía renovable es alta, el agua se bombea desde un embalse inferior a otro superior a más altura. Después, cuando la demanda es superior a la producción renovable, o dicho de otro modo, la producción de energía renovable es insuficiente, el agua se libera desde el embalse superior a través de una turbina, generando electricidad.
Esta tecnología es especialmente crucial en China, donde la energía eólica y solar representaron el 12 % de la electricidad generada en 2021, según las Estadísticas Internacionales de la Energía de la Administración de Información Energética de EE.UU.
A medida que la participación de estas fuentes en el mix eléctrico de China sigue aumentando, el almacenamiento hidroeléctrico reversible se convierte en un componente esencial para evitar pérdidas de la generación de energía renovable y garantizar un suministro constante.
China se prepara para expandir su capacidad para gestionar la creciente energía renovable.
Aunque los proyectos de almacenamiento por bombeo pueden tener costos iniciales de construcción significativos y plantear desafíos medioambientales y geográficos, ofrecen ventajas notables en términos de bajo costo operativo y de mantenimiento, así como una vida útil elevada, mucho mayor que la de otros sistemas. Además, son una solución escalable y a largo plazo para gestionar la intermitencia de la energía renovable.
Con su liderazgo en el mercado de almacenamiento hidroeléctrico reversible, China está posicionada para desempeñar un papel crucial en la transición global hacia una matriz energética más limpia y sostenible, al tiempo que garantiza un suministro eléctrico estable y confiable en su propio territorio.
